Hola me llamo Juan, soy un hombre de clase media bueno mejor dicho, trabajadora, al cual ayer noche se acostió a las doce y media aproximadamente, a decir verdad, estaba muy nervioso y no me pude dormir ya que al día siguiente existía una mínima posibilidad de verme en un puesto superior dentro de mi trabajo como administrativo, mi puesto sería el de Director Gerente.
Mi mujer que dormía junto a mí, se sobresaltó al verde a altas horas de las madrugadas leyendo y me aconsejó que me tomase una tila, pues sabía lo inestable que podía ser mi otro "YO", pues este brota cuando estoy muy alterado, pero prefiero no hablar de esta ruín persona.
Esta máñana me he levantado como si de un día corriente se tratase, me metí en la ducha, me cambién el pijama por un traje de chaqueta y una corbata naranja (mi corbata de la suerte), me fui a desayunar mientras rozaba con la yema de mis dedos las viejas paredes de este ático, esperando a que con mi nuevo empleo pudiese darle algo más de soltura económica a mi familia.
Antes de salir por la puerta y dirigirme al trabajo, fui a despertar a mi mujer para que me diese un beso de buena suerte, pero en ese momento tras levantar las sábanas, la encontré con el pecho perforado y un charco de sangre a su alrededor de su maravillosa silueta, entonces, oí como caía en el suelo junto a mis mocasines un cuchillo de sierra con el que anteriormente había cortado una rebanada de pan. Miré mi mano y observé cómo caían de la punta de mis dedos gotas y gotas de sangre, no podía entender lo ocurrido, quién era capaz de arrebatarle la vida a un ángel, esa persona no era yo, yo no había sido.
Me dirigí camino a mi trabajo con el cuchillo en mano y las manos ensangrentadas, buscando ese ascenso, sin saber qué podría ocurrir en el camino al mismo, ni siquiera qué es lo que mi otro "YO" estaba haciendo en este preciso instante.
miércoles, 11 de noviembre de 2009
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